Desde lo más tierno de la adolescencia.
Aparté varios discos.
Traducimos,
con mi prima,
del inglés,
canciones de Metallica y ACDC.
(Angus aún aguantaba un concierto
sín conectarse al oxigeno.)
El marrón al que sabe el rock
oscureció
llegaban el metal i el punk
inconsciente introspección,
aislamiento,
oscuridad y ateas misantropías.
De balcón en balcón,
a medio paso,
me quede en el suelo
Me abria al Grunge y su fracaso
rechazo al mundo y evasión
perversión de la razón
Posteriormente,
encontre el reformismo del rock,
necessitava también ritmo.
Arctic Monkeys, the Hives o Mando Diao
Horas y noches de cata
sonidos aliñados con datos.
Charlas con nuevos,
despertaron nuevos gustos:
rap,
reggae,
techno.
Bajé la escalera,
de los ojos del mundo al suelo,
con el buen arte que se mece
en las calles que piso.
(Con Pau le cogí el gusto
a conocer vivencias y sentimientos
que se cantan en canciones)
Visto esto, entiendo que,
a pesar de ser semilla,
de unos falsos frutos,
cuando el underground florece en cultura,
pierde la raíz de su razón.
Relucientes manzanas
de sintetica vegetación.
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